BRITISH MEDICAL BULLETIN
A mejor nivel económico se registran bajas en la tasa de mortalidad
A mejor nivel económico se registran bajas en la tasa de mortalidad
Sin embargo, con mejoras económicas no son significativas las mejoras en el nivel nutricional
Las mejoras en el nivel económico tienen un efecto positivo en los descensos de las tasas de mortalidad en los países en desarrollo, mientras que los efectos en los resultados nutricionales son mucho más débiles.
Así lo asegura el estudio “The effect of economic development on population health: a review of the empirical evidence” (British Medical Bulletin, 121 (1), Pág: 47 - 60, 2017) realizado por el Banco Mundial, la Universidad de Göttingen, Alemania y la Universidad de Harvard.
Para elaborar el trabajo se identificaron estudios relevantes que investigaron el efecto de la brecha económica en los resultados de salud de las búsquedas de Google Scholar y PubMed en revistas económicas y médicas y centraron la búsqueda en el efecto causal del desarrollo económico en la salud de la población.
El crecimiento económico se considera un determinante importante de la salud de la población. Existe una fuerte asociación positiva entre el ingreso promedio (o la riqueza) y los indicadores del estado de salud de la población.
El crecimiento económico puede determinar el consumo de productos sanitarios relevantes.
Por ejemplo, crecer económicamente puede mejorar la nutrición a través de un aumento en el consumo de alimentos nutritivos. Los individuos bien nutridos están a su vez en una mejor posición para resistir las enfermedades bacterianas y tienen mejores perspectivas para recuperarse de las enfermedades.
Aunque el aumento de los ingresos se asocia generalmente con mejoras en la salud, también pueden conducir a incrementos inesperados en el número de enfermedades y en particular las relacionadas con la prosperidad, las llamadas "enfermedades de la opulencia". Puede haber un aumento en la demanda de bienes asociados con riesgos para la salud, incluyendo el consumo de alcohol y el consumo de tabaco.
El desarrollo económico también puede estar relacionado con cambios concomitantes en la estructura de la dieta y hábitos de estilo de vida. Puede promover un estilo de vida sedentario y hábitos alimenticios adversos, lo que a su vez puede resultar en un aumento de enfermedades no transmisibles como la obesidad y la diabetes.
Los países de América Latina alcanzaron un crecimiento en favor de los pobres durante los años noventa, mientras que Asia experimentó un aumento significativo de la desigualdad en los años noventa y 2000.
El crecimiento económico en teoría permite a los gobiernos recaudar recursos adicionales para las inversiones públicas y los gastos, incluida la salud pública. Los mayores ingresos individuales también podrían aumentar la demanda por la cantidad y calidad de los servicios públicos y privados de salud. La mejora en las condiciones económicas también puede dar a los hogares pobres los medios económicos para gastar más en salud y nutrición de los miembros de su familia.
Pero para que las mejoras económicas se traduzcan en cambios en la salud dependerá, en el caso de la salud pública, de si el gobierno responde a las demandas populares. En caso de los hogares, el crecimiento económico tiene que llegar a los pobres y los sectores vulnerables tendrán que tomar la decisión de gastar sus recursos adicionales de una manera que beneficie su salud.
La mejora económica también puede dar a los gobiernos los medios para proporcionar un mejor sistema de salud pública e invertir en infraestructura que directa o indirectamente beneficia la salud.
En general, la evidencia sugiere que el crecimiento económico no conducirá automáticamente a mejorar la salud de la población. Recursos adicionales son potencialmente útiles, pero en gran medida importa cómo se distribuyen y cómo se utilizan. Por lo tanto, es importante que la salud pública se asegure de que los recursos adicionales generados por el crecimiento económico se utilicen de una manera que sea más beneficiosa para la salud de la población.
El efecto del crecimiento económico es significativo sobre la mortalidad total y la mortalidad infantil y considerable pero insignificante en los estudios que utilizan la desnutrición como medida de la salud.
Los trabajos futuros deben investigar cómo los recursos adicionales pueden llegar más efectivamente a quienes los necesitan y cómo se pueden utilizar recursos adicionales de manera más eficiente. Es particularmente pertinente entender por qué la atención sanitaria preventiva en los países en desarrollo es muy elástica en precios, mientras que la atención sanitaria curativa es muy inelástica en salud. Esta comprensión debe formar la política de salud pública.
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