Inhibidores de la bomba de protones: revisión de las preocupaciones emergentes.
Nehra, A.K.; Alexander, J.A.; Loftus, C.G.; Nehra, V.
Mayo Clinic Proceedings Vol. 93 Nr. 2 Página: 240 - 246 Fecha de
publicación: 01/02/2018
Resumen:
Introducidos por primera vez en 1989, los inhibidores de la bomba de
protones (IBP) se encuentran entre los medicamentos más utilizados en todo el
mundo, tanto en entornos ambulatorios como en pacientes hospitalizados. Los PPI
actualmente están aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos
de los EE. UU. Para el tratamiento de una variedad de trastornos
gastrointestinales, incluida la úlcera péptica sintomática, la enfermedad por
reflujo gastroesofágico y la dispepsia no ulcerosa, así como para la prevención
del sangrado gastrointestinal en pacientes que reciben terapia antiplaquetaria.
Los IBP inhiben la secreción de ácido gástrico y los efectos adversos más
comúnmente asociados incluyen dolor abdominal, diarrea y dolor de cabeza.
Aunque los IBP han tenido un perfil de seguridad alentador, estudios recientes
sobre el uso a largo plazo de medicamentos con IBP han notado efectos adversos
potenciales, incluyendo riesgo de fracturas, neumonía, diarrea por Clostridium
difficile, hipomagnesemia, deficiencia de vitamina B12, enfermedad renal
crónica y demencia. Estos datos emergentes han llevado a investigaciones
posteriores para evaluar estos riesgos potenciales en pacientes que reciben
terapia de PPI a largo plazo. Sin embargo, la mayoría de las pruebas publicadas
son inadecuadas para establecer una asociación definitiva entre el uso de PPI y
el riesgo de desarrollar efectos adversos graves. Por lo tanto, cuando está
clínicamente indicado, los IBP se pueden prescribirse a la dosis efectiva más
baja para el control de los síntomas.
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