martes, 27 de febrero de 2018

INHIBIDORES DE BOMBA DE PROTONES: NO TAN INOCUOS


Inhibidores de la bomba de protones: revisión de las preocupaciones emergentes.

Nehra, A.K.; Alexander, J.A.; Loftus, C.G.; Nehra, V.
Mayo Clinic Proceedings Vol. 93 Nr. 2 Página: 240 - 246 Fecha de publicación: 01/02/2018
Resumen:
Introducidos por primera vez en 1989, los inhibidores de la bomba de protones (IBP) se encuentran entre los medicamentos más utilizados en todo el mundo, tanto en entornos ambulatorios como en pacientes hospitalizados. Los PPI actualmente están aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los EE. UU. Para el tratamiento de una variedad de trastornos gastrointestinales, incluida la úlcera péptica sintomática, la enfermedad por reflujo gastroesofágico y la dispepsia no ulcerosa, así como para la prevención del sangrado gastrointestinal en pacientes que reciben terapia antiplaquetaria. Los IBP inhiben la secreción de ácido gástrico y los efectos adversos más comúnmente asociados incluyen dolor abdominal, diarrea y dolor de cabeza. Aunque los IBP han tenido un perfil de seguridad alentador, estudios recientes sobre el uso a largo plazo de medicamentos con IBP han notado efectos adversos potenciales, incluyendo riesgo de fracturas, neumonía, diarrea por Clostridium difficile, hipomagnesemia, deficiencia de vitamina B12, enfermedad renal crónica y demencia. Estos datos emergentes han llevado a investigaciones posteriores para evaluar estos riesgos potenciales en pacientes que reciben terapia de PPI a largo plazo. Sin embargo, la mayoría de las pruebas publicadas son inadecuadas para establecer una asociación definitiva entre el uso de PPI y el riesgo de desarrollar efectos adversos graves. Por lo tanto, cuando está clínicamente indicado, los IBP se pueden prescribirse a la dosis efectiva más baja para el control de los síntomas.

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